lunes, 28 de marzo de 2011

Capitulo 1 de Abbagnano

Estimadas compañeras y Estimados compañeros de ruta. Les cuelgo el capítulo 1 de Abbagnano, la idea es que lo lean atentamente para después trabajarlo en clase.
Atentos saludos y lean con atención.
Prof. Jorge Barrera Preliasco.

PARTE PRIMERA

FILOSOFIA ANTIGUA
CAPITULO l

ORIGENES Y CARACTER DE LA FILOSOFIA GRIEGA

1. PRET.ENDIDO ORIGEN ORIENTAL

Una tradición que se remonta a los filósofos judaicos de Alejandría (siglo I antes de J.c.) afirma que la filosofía griega procede de Oriente. Los principales filósofos griegos habrían tomado de doctrinas hebraicas, egipcias, babilónicas e indias, no sólo sus descubrimientos cientificos sino también sus concepciones filosóficas más personales. Esta opinión se fue difundiendo cada vez más durante los siglos siguientes; culminó en la opinión del neopitagórico Numenio, que llegó a llamar a Platón “Moisés en versión ática”; y de él pasó a los escritores cristianos.
Sin embargo, tal opinión no tiene fundamento alguno en testimonios más antiguos. Es cierto que se habla de viajes de varios filósofos a Oriente, especialmente a Egipto. A Egipto habría ido Pitágoras; Demócrito, a Oriente; a Egipto, Platón. Mas el propio Platón (Rep., IV, 435e) contrapone el espíritu científico de los griegos al afán de lucro, propio de egipcios y fenicios; y así excluye del modo más claro la posibilidad de que en las concepciones de esos pueblos se haya podido o se pueda hallar inspiración para la filosofía. Por otra parte, las mdicaciones cronológicas de que se dispone acerca de las doctrinas filosóficas y religiosas orientales son tan vagas que ha de considerarse imposible establecer la prioridad cronológica de tales doctrinas sobre las griegas correspondientes.
Más verosímil parece a primera vista la procedencia oriental de la ciencia griega. Según Herodoto, la geometría habría nacido en Egipto a causa de la necesidad de medir la tierra y distribuirla entre sus propietarios después de 4s periódicas inundaciones del Nilo. Según otras tradiciones, la astronomía habría surgido entre los babilonios y la aritmética también en Egipto. Pero ¿os babilonios cultivaban la astronomía como consecuencia de sus creencias ¿strológicas, o sea a fin de poder predecir el destino de los hombres; y la l¿ometría y la aritmética conservaron entre los egipcios su carácter práctico, ¿ompletamente distinto del especulativo y científico de que estas doctrinas se revistieron entre los griegos.
En realidad, aquella tradición, tan tardíamente nacida en la historia de la ¿<¿osofía griega, fue sugerida, en una edad dominada por el interés religioso, P¿r la creencia de que los pueblos orientlles estaban en posesión de una ¿¿biduría originaria y por el deseo de vincular a tal sabiduría las principales ¿¿nifestaciones del pensamiento griego. La observación decis¿va que es P¿eciso hacer a este respecto es que, aunque quedara demostrada la
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procedencia oriental de algunas doctrinas de la Grecia antigua, ello no implicaría todavía el origen de la filosofía griega. La sabiduna oriental es esencialmente religiosa: es patrimonio de una casta sacerdotal cuya única preocupación es la de defenderla y transmitirla en toda su pureza. El único fundamento de la sabiduría oriental es la tradición. La filosofía griega es, por el contrario, investigación. Nace de un acto fundamental de libertad frente a la tradición, las costumbres y cualquier creencia aceptada como tal. Su fundamento consiste en que el hombre no posee la sabiduría sino que debe buscarla: no es soft'a sino filosofia, amor a la sabiduría, indagación directa para rastrear la verdad más alla de las costumbres, de las tradiciones y de las apariencias. Con esto el problema mismo de la relación entre la filosofía griega y la cultura oriental pierde todo su significado. El hecho de que el pueblo griego haya obtenido de los pueblos orientales, con quienes mantenía relaciones e intercambios comerciales seculares, nociones y descubrimientos que estos pueblos conservaban en su tradición religiosa o habían hallado impelidos por las necesidades de la vida, es algo que, aunque se admita a la luz de los pocos e inseguros datos que poseemos, no arrebata a los griegos el mérito de su originalidad. En efecto, la filosofía no es en Grecia, como en Oriente, el patrimonio o el privilegio de una casta privilegiada. Según los griegos, cualquier hombre puede filosofar porque el hombre es “animal racional” y su racionabilidad significa la posibilidad de buscar la verdad de forma autónoma. Las palabras con que comienza la Metaft’sica de Aristóteles: “Todos los hombres tienden por naturaleza al saber" expresan bien este concepto, ya que “tienden” quiere decir que no sólo lo desean sino que pueden conseguirlo. Además, y como consecuencia de ello, la filosofía griega es investigación racronal, es decir, autónoma, que no se apoya en una verdad ya manifiesta o revelada sino sólo en la fuerza de la razón, a la que reconoce como su única guía. Su término polémico es habitualmente la opinión corriente, la tradición, el mito, más allá de los cuales trata ella de avanzar; y cuando llega a una confirmación de la tradición, esta confirmación deriva su valor únicamente de la fuerza racional del discurso filosófico.

2. FILOSOFIA: NOMBRE Y CONCEPTO

Estos caracteres son propios de todas las manifestaciones de la filosofía griega y se hallan comprendidos en la misma etimología de la palabra que sigmfica “amor de la sabiduría”. Sin embargo, esta palabra aparece relativamente tarde. Según una tradición muy conocida, recogida en las Tusculanas de Cicerón (V, 6), Pitágoras habría sido el primero en usar la palabra filosofi'a en su significado específico. Comparaba la vida a las grandes fiestas de Olimpia adonde algunos acuden por negocios, otros para participar en las competiciones, otros para divertirse, y en fin algunos sólo para ver lo que ocurre; estos últimos son los filósofos. Aquí se subraya la diferencia entre la contemplación desinteresada y el ajetreo de los demás hombres. Pero este relato de Cicerón se deriva de un escrito de Heráclides Póntico (Diog. L., Proemium, 12) y pretende simplemente acentuar el carácter contemplativo que el mismo Anstóteles consideró como propio de
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¿y filosofía. En esta sabiduría se habían inspirado los Siete Sabios que, sin ¿¿pargo, fueron llamados “sofistas” como también se llamaba “sofista” a pitágoras. No en el sentido de la contemplación sino en otro más de jpvestigación desinteresada empleado por Herodoto cuando hace decir al rey (".geso dirigiéndose a Solón (Herodoto, l, 20) : “He oído hablar de los viajes qpe filosofando has emprendido para ver muchos países”; y lo mismo Tucídides cuando (II, 40) hace decir a Pericles de sí mismo y de los gtenienses: “Nosotros amamos lo bello con sencillez y filosofamos sin timidez”. El filosofar sin timidez expresa la autonomía de la investigación racional en que consiste ia filosofía.
Tanto en estos ejemplos como en su uso sucesivo, la palabra filosofía implica dos significados. El primero y más general es el de la investigación autónoma o racional, cualquiera que sea su campo de desarrollo; en este sentido todas las ciencias forman parte de la filosofía. El segundo significado, más específico, expresa una investigación particular que en cierto modo es fundamental para las demás, aunque no las contiene en sí. Los dos significados se hallan unidos en el dicho de Heráclito (fr. 35 Diels) : “Es necesario gue los hombres filósofos sean buenos indagadores (istoras) de muchas cosas.’

Este doble significado se encuentra claramente en Platón que usa el término para indicar la geometría, la música y las otras disciplinas del mismo tipo especialmente en su función educativa (Teet., 143 d; Tim., 88 c); y por otra parte contrapone la filosofía a la sofia, a la sabiduría que es propia de la divinidad, y también a la doxa, a la opinión a que se atiene quien no se preocupa de buscar el ser verdadero (Fedr., 278 d; Rep., 480 a). La misma duplicidad se encuentra en Aristóteles, para el que la filosofía es, como filosofía primera, la ciencia del ser en cuanto ser; pero comprende además las otras ciencias teoréticas, la matemática y la física, y la misma ética (Et: Nic., I, 4, 1096 b, 31).
Esta duplicidad de significado revela mejor que cualquier otra cosa el significado originario y auténtico que los griegos atribuían a la palabra. Está ya incluido en iu etimología y es el de investigación. Cada ciencia o disciplina humana no puede ser sino investigación v, como tal, filosofía. Pero, además es filosofía en sentido eminente y propio la investigación que es consciente de sí misma, la que se plantea el problema mismo del investigar. y así aclara su propio valor respecto a la existencia humana. Si cualquier ciencia es investigación v como tal filosofía, en sentido propio v técnico la filosofia es solamente el problema de la investigacion y de su valor para el hombre. La aparente duplicidad que el concepto de filosofía conserva incluso en los pensadores griegos más rigurosos, como Aristóteles, no lo convierte en equívoco, sino que expresa de la mejor manera posible el significado ¿r>ginario del término. Por eso, cuando en el período postaristotélico se pierde la conciencia de los valores teoréticos, la filosofía conserva ¿º¿avía su significado de indagación. Para los estoicos es el esfuerzo (¿pitedeusis) hacia la sabiduría (Sexto Emp., Adv. Afath., IX, 13); para ¿S epicúreos es la actividad (energeia) que proporciona la vida feliz
XI, 169). Todavía se reconoce aqui a la filosofía com'o ¿¿vestigación esforzada, fundamental para el hombre.
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pRICENES Y CARACTER DE LA FILOSOFIA GRIEGA
3. PRINCIPIOS DE LA EILOSOFIA GRleGA: LOS MITOLOGOS, LOS MISTERIOS, LOS SIETE SABIOS, LOS POETAS l.os inicios de la filosofía griega se encuentran en la propia Grecia: en los primeros indicios de que la filosofía como tal (o sea como investigación) se empieza a manifestar en las cosmologías míticas de los poetas, en las doctrinas de los misterios, en las sentencias de los Siete Sabios y sobre todo en la reflexión eticopolítica de los poetas. El más antiguo documento de cosmología mítica entre los griegos es la Teogonía de Hesiodo en la que ciertamente confluyen antiguas tradiciones. El propio Aristóteles (Met., l, 4; 984 b, 29) dice que Hesíodo fue probablemente el primero que buscó el principio de las cosas al decir: “lo primero de todo fue el caos, después fue la tierra del amplio seno... y el amor que resplandece entre los dioses inmortales” (Teog., 166 sigs.). Es de naturaleza filosófica este problema acerca del estado originario de que han surgido las cosas y de la fuerza que las ha producido. Pero aunque el problema sea filosófico, la respuesta es mítica. El caos o abismo bostezante, lá tierra, el amor, etc., están personificados en entidades míticas. Después de Hesíodo, el primer poeta cuya cosmología se conoce es l'erécides de Siro, contemporáneo de Anaximandro, probablemente nacido hacia el año 600-596 antes de J. C. Dice que antes de cualquier cosa y eternamente existían Zeus, Cronos y Ctonos. Ctonos era la tierra, Cronos el tiempo, Zeus el cielo. Zeus transformado en Eros, o sea en amor, procede a la construcción del mundo. En este mito aparece por primera vez la distinción entre la materia y la fuerza organizadora del mundo. Una ulterior afirmación de la exigencia filosófica se nota en la religión de los misterios difundidos por Grecia a principios del siglo Vl antes de J.c. Pertenecieron a esta religión el culto a Dionisos, procedente de Tracia, el culto a Demeter cuyos misterios se celebraban en Eleusis y especialmente el orfismo. También el orfismo se dedicaba al culto de Dionisos, pero atribuía a una revelación el origen de la autoridad religiosa y estaba organizado en comunidad. Dicha revelación correspondía al tracio Orfeo que había descendido al Hades; y el fin de los ritos celebrados 'por la comunidad consistía en purificar el alma de los iniciados para sustraerla a la “rueda de los nacimientos", es decir, a la transmigración por los cuerpos de otros seres vivos. La enseñanza fundamental que contiene el orfismo es el concepto de la ciencia y en general de la actividad del pensamiento como camino de vida, o sea como una investigación que conduce a la verdadera vida del hombre. De este mismo modo debía después entender y practicar la filosofía Platón, que en el Fedón se vincula explícitamente a las creencias órficas. Junto al primer centelleo de la filosofía en la cosmología mítica y en los misterios está la primera manifestación de la reflexión moral en la leyenda de los Siete Sabios. l3ay diversas enumeraciones de los mismos entre los escritores antiguos, pero cuatro de ellos, Tales, Biantes, Pítaco y Solón están comprenJidos en todas las listas. Platón, que los enumeró primero, añade C:leóbulo, Misón y Quilón a esos cuatro (Prot., 343 a). Se les atribuían agudezas ) sentencias morales (Conócete a ti mismo, De nada demasiado, Es difícil ser bueno, etc.) que pertenecen a la sabiduría práctica popular, pero preludian i a la verdadera y propia indagación sobre la conducta del hombre. No es casualidad que el primero de los Siete Sabios, Tales, sea también el primer representante verdadero y propio de la filosofía griega. Pero el clima en que pudo nacer y florecer la filosofía griega fue preparado por la poesía. La reflexión moral de los poetas elaboró en Grecia aquellos conceptos fundamentales que habían de servir a los filósofos para la interpretación del mundo. El concepto de una ley que da unidad al mundo humano se encuentra por primera vez en Homero. La Odisea está totalmente dominada por la fe en una ley de justicia, de la cual los dioses son custodios y garantes, ley que determina en los acontecimientos humanos un orden providencial, gracias al que el justo triunfa y el injusto es castigado. En Hesíodo esta ley se personifica en Dike, hija de Zeus, que está sentada junto a su padre y vela para que sean castigados los hombres que comenten injusticias. La infracción a esta ley aparece en el mismo Hesíodo como arrogancia (hybris) debida al desenfreno de las pasiones y en general a fuerzas irracionales: así la califica el propio Hesíodo (Obras y días 252 sigs., 267 sigs.) y también Arquíloco (fr. 36, 84), Mimnermo (fr. 9, 10) y Teognis (vv. 40, 44, 291, 543, ll03). Solón afirma con gran energía la infalibilidad del castigo que aflige a quien infringe la norma de la justicia, sobrela cual se asienta la vida social: incluso cuando el culpable se sustrae al castigo, éste recae infaliblemente sobre sus descendientes. El aparente desorden de los acontecimientos humanos, gracias al cual la Moira o fortuna parece herir también a los inocentes, se justifica, según Solón (fr. 34), por fa necesidad de encerrar dentro de justos límites a los inmoderados deseos humanos y de alejar al hombre de cualquier exceso. Así que la ley de justicia es también norma de mesura, y Solón expresa en un fragmento famoso (fr. 16) la convicción moral más arraigada en los griegos: “La cosa más difícil de todas es alcanzar la invisible medida de la sabiduría, la única que encierra en sí los límites de todas las cosas”. Finalmente, Esquilo es el profeta religioso de esta ley universal de justicia, cuyo triunfo trata de expresar su tragedia. Así, antes de que la filosofía descubriese y justificase la unidad de la ley subyacente en la dispersa multiplicidad de los fenómenos naturales, la poesía griega había descubierto y justificado la unidad de la ley inmanente en los aparentemente desordenados y mudables acontecimientos de la vida social humana. Como veremos, la especulación de los primeros físicos no ha hecho más que buscar en el mundo de la naturaleza aquella misma unidad normativa, que los poetas habían rastreado en el mundo de los hombres. 4. LAS ESCUELAS FILOSOFICAS Desde sus comienzos la investigación filosófica fue en Grecia una investigación colectiva. Una escuela no reunía a sus adeptos sólo a causa de las exigencias de una enseñanza regular: no es probable que tal enseñanza haya existido en las escuelas filosóficas de la Grec>a antigua antes de Aristóteles. Los discípulos de una escuela se llamaban “compañeros” (etairoi). Se reunían para vivir una “vida común” y establecían entre sí no solamente una solidaridad de pensamiento sino de costumbres y de vida en un intercambio continuo de dudas, de dificultades y de investigaciones. El
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caso de la escuela pitagórica, que fue no sólo una escuela filosófica sino también una asociación religiosa y política, es ciertamente excepcional; y por otra parte este carácter del pitagorismo fue precisamente más una debilidad que una fuerza. Por el contrario, todas las grandes personalidades de la filosofía griega son los fundadores de una escuela que es un centro de investigación; ía obra de las personalidades menores viene a sumarse a la doctrina fundamental y contribuye a formar el patrimonio común de la escuela.
Se ha dudado de que los filósofos de Mileto formasen escuela; a este respecto está el testimonio explícito de Teofrasto que habla de Anaximandro como “conciudadano y compañero (etairos)” de Tales. Platón mismo nos habla de los heraclitanos (Teet., 179 e) y de los anaxagorianos (Crat., 409 b); y en el Sofista (242 d) el forastero eléata habla de su escuela como todavía existente en Elea. La academia platónica tuvo después una historia de nueve siglos. –
Este carácter de la filosofía griega no es accidental. La investigación filosófica no encerraba, según los griegos, al individuo en sí mismo; exigía más bien una contluencia de esfuerzos, una comunicación incesante entre los hombres que hacían de ella fin fundamental de su vida y determinaba así una solidaridad firme y efectiva entre aquellos que se dedicaban en ella.
De aquí procede el interés constante de los filósofos griegos por la politica, o sea por la vida social. La tradición nos ha transmitido la noticia de este interés incluso respecto a aquellos de cuya vida no nos proporciona más que escasos datos. Tales, Anaximandro y Pitágoras fueron politicos. Se cuenta de Parménides que dio leyes a su ciudad y de Zenón que pereció víctima del intento de Iibrar a sus conciudadanos de un tirano. Empédocles restauró la democracia en Agrigento; Arquitas fue jefe de estado y Meliso almirante La inquietud política ejerció después, como veremos, una función predominante en la especulación de Platón.

5. PERIODOS DE LA FILOSOFIA GRIEGA

Su mismo carácter de investigación autónoma, en que el individuo está comprometido como tal y de la cual puede y debe esperar el perfeccionamiento de su personalidad, hace difícil dividir en períodos el curso de la filosofía griega. Sin embargo, la organización de la investigación por escuelas y las relaciones necesariamente establecidas entre las escuelas contemporáneas que, aunque polemicen, se baten sobre un terreno común, consienten la distinción, en el curso de la filosofía griega, de cierto número de períodos, determinado cada uno por su planteamiento del problema fundamental de la investigación. Si se considera el problema sobre el que llega sucesivamente a gravitar la investigación, se pueden distinguir cinco períodos: cosmológico, antropológico, ontológico, ético y religioso.
1. El período cosmológico, que comprende las escuelas presocráticas, con excepción de los sofistas, está dominado por el problema de descubrir la unidad que garantiza el orden del mundo y la posibilidad del conocimiento humano.
2. El período antropológico, que comprende a los sofistas y a Sócrates,
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está dominado por el problema de hallar la unidad del hombre en sí mismo y respecto a los demás hombres, como fundamento y posibilidad de la formación del individuo y de la armonía de la vida en sociedad.
3. El período ontológico, que comprende a Platón y a Aristóteles, se ve dominado por el problema de rastrear en la relación entre el hombre y el ser la condición y la posibilidad del valor del hombre como tal y de la validez del ser como tal. Este período, que es el de la plena madurez del pensamiento griego, replantea en síntesis los problemas de los dos períodos precedentes.
4. El período ético, que abarca al estoicismo, al epicureísmo, al escepticismo y al eclecticismo, se centra en el problema de la conducta humana y está caracterizado por la disminución de la conciencia del valor teorético de la investigación.
5. El período religioso, que comprende las escuelas neoplatónicas y sus afines, está dominado por el problema de encontrar el camino de la reunión del hombre con Dios, considerándolo como único camino de salvación.
Estos períodos no representan divisiones cronológicas rígidas: no sirven más que para dar un cuadro de conjunto y recapitulación del nacimiento, desarrollo y decadencia de las investigaciones filosóficas en la Grecia antigua.

6. FUENTES DE LA FILOSOFIA GRIEGA

Las fuentes de la filosofía griega están constituidas: I. Por las obras y los
fragmentos de los filósofos. Platón es el primero del que se nos han
conservado las obras completas. Tenemos muchas obras de Aristóteles. De
todos los demás sólo nos han llegado fragmentos más o menos extensos. Il.
Por los testimonios de escritores posteriores.
Las obras fundamentales en que se encuentran tales testimonios son las
siguientes:
a) Respecto a la filosofía presocrática son preciosos los indicios
conservados en las obras de Platón y de Aristóteles. En particular Aristóteles
nos ha legado en el primer libro de la Metaft'sica el primer ensayo de
historiografía filosófica. Además son muy frecuentes en todos sus escritos
las referencias a otras doctrinas.
b) Los doxógrafos, o sea los escritores pertenecientes al período tardío
de la filosofía griega gue han referido las opiniones de varios filósofos. El
primero de tales doxografos, que es también la fuente de casi todos los
demás, es Teofrasto, autor de las Opiniones fisicas, de quien se ha
conservado un capítulo y otros fragmentos en el Comentario de Simplicio
(siglo VI después de J.c.) a la Fisica de Aristóteles.
Otras doxografías importantes son: los Placita philosop/.orum atribuidos
a Plutarco y las Eglogas fisicas de Juan Estobeo (siglo V después de J.c.).
Probablemente (como ha demostrado Diels) ambos bebían en una fuente
común: los Placita de Aecio derivados indirectamente, es decir, de segunda
mano, de las Opiniones de Teofrasto.
Otro doxógrafo es Cicerón, que en sus obras expone doctrinas de muchos
filósofos griegos, aunque todas conocidas de segunda y tercera mano.
IO FILOSOFIA ANTIGUA

l.z doxografía más importante para la biografía de los filósofos es el
primer lihro de la Ref'utación de todas las herejías de Hipólito (siglo III
dcspués de J.c:.), que empezó atribuyéndose falsamente a Orígenes con el
título Pí.¿ilr¿sopboumena. La obra de Diógenes Laercio (siglo III después de
J C: ) Vidas y doctrinas de los filósofos, en diez libros y conservada entera, es
de tundamental importancia para la historia del pensamiento griego. Es una
historia de las distintas escuelas filosóficas, según el método de las llamadas
Sucesiones (diadochai) que ya había sido practicado por Soción de
Alejandría (siglo II antes de J.c.) y otros cuyas obras han resultado
perdidas. La obra de Diógenes Laercio contiene dos doxografías distintas:
una biográfica y anecdótica y otra expositiva. La parte biográfica es un
conjunto de anécdotas y de noticias acumuladas al azar; mas a pesar de esto
contiene informaciones preciosas.
Por lo que respecta a la cronología, su fundador fue Eratóstenes de Cirene
(siglo III antes de J.c.), pero sus Cronografi'as fueron suplantadas por la
versión en trímetros yámbicos que de ellas hizo Apolodoro de Atenas (hacia
el l40 antes de J.í',) con el título de Crónica. El tiempo de cada filósofo se
indica mediante su acmé o florecimiento, que se hace coincidir
aproximadamente con los 40 años; y las otras fechas se calculan-por
referencia a esta última.
l'inalmente se aprovechan otras indicaciones de las obras de los escritores
que han discutido críticamente las doctririas de los filósofos griegos. Así
Plutarco en su polémica contra el estoicismo y el epicureísmo nos da una
exposición de tales doctrinas. Sexto Empírico apoya su escepticismo en la
critica de los sistemas dogmáticos. Y' los escritores cristianos de los primeros
siglos al combatir la filosofía pagana nos proporcionan otras indicaciones en
i irtud de lás cuales nos han llegado fragmentos y testimonios preciosos de
obras perdidas. Otras indicaciones se obtienen de los comentarios de Proclo
i de Simplicio a Platón y a Aristóteles, de las Nocbes áticas de Aulo Gelio
(hacia el 150 después de J.c:.) de Ateneo (hacia el 200 después de J.c.) y de
l:.liano (hacia el 200 después de J.c.).

B I B LI OG RA FI A

1. Sobre el pretendido origen oriental de la filosofía griega: Zeller, Pbilosopbie der Griecben,
cap. 2; Gomperz, C.riecbiscbe Denker, I, cap. 1-3, trad. franc., p. 103 sigs.; Burnet, Early Greek
Pbilosvpby, intr. X-Xll, trad. franc. con el título Aurore de la Pbil. grecqwe, p. 17 sigs. (En este
volumen se citará a Zeller según la 6¿ edic. revisatia por Nestle; y a Gomperz y Burnet por las
traóucciones francesas indicadas.) Para otras indicaciones bibliográfIicas véase la larga nota añadida por
Slondolfo a su traducción italiana de la ob. cit. de Zeller, Florencia, 1932, vol. I, p. 63-99.
!l 3. Los fragmentos de los mitólogos, los órficos y los Siete Sabios están recogidos en Diels,
Fragmente der Vors<¿kratiker, 5¿ edic., 1934, vol. I; Snell, Leben und Meinungen der Sieben Weisen,
Munich, 1943; Kern, Orphicorum fragmenta, Berlín, 1922; Olivieri, Lamellae aureae orpbicae, Bonn,
1915; Id., Civiltü greca nell’ Italia meridionale, Nápoles, 1931; Orpbei Hymni editados por Guillermo
Quandt, Berlín, 1941.
Sobre la contribución de la poesía a la elaboración de los conceptos morales fundamentales: Max
Wundt, Gesch. der griecb. Erbik, Liepzig, 1908, vol. I, cap. 1-2; Jaeger, Paideia, trad. cast., México,
1946, libro I; Snell, Die Entdeckung des Ceistes,.trad. ital., La cultura greca e le origini del pensiero
europeo, Turín, 1951


sábado, 19 de marzo de 2011

Actividad para los estudiantes del IFD 2011

A partir del siguiente texto, extraído del programa, realizar un breve comentario:
"Es necesario entonces problematizar la noción de “razón” en tanto capacidad humana que ha posibilitado la comprensión y la interpretación y –siguiendo a Morin- su
posible patología, la “racionalización”, es decir la obsesión de querer comprender y explicar el “Todo” desde un único sistema que se ve a sí mismo como “racional” y entiende a otras formas de comprender como “irracionales” y por tanto no válidos"